Lágrimas en la lluvia
No es fácil comenzar una entrada después de lo vivido durante estas tres últimas semanas. Tras contemplar ineluctablemente como iban cayendo en brotes una residencia tras otra, al final le tocó el turno a uno de los centros de mayores que coordino. Al final, "brote" es el término que ha venido a sustituir al de vida, rara pero vida. Es muy duro comprobar como a pesar de haber hecho todo lo humanamente posible al final el maldito virus se deslizó silenciosamente, traicioneramente, hasta los pies de las camas de decenas de ancianos vulnerables, frágiles, indefensos ante tan tremenda y cruel amenaza. No nos dimos cuenta hasta que ya todo fue inútil. Una vez entra en los cuerpos de los mayores estos se convierten sometidamente en sus dominios. Sí, me lo habían contado decenas de compañeras de trincheras, diferentes a la mía pero trinchera al fin y al cabo. No es que no las creyera, que va, pero jamás me imaginé que fuera tan real la posibilidad del terror ante la impotencia. Es l...