Eramos pocos... y habló el japonés
El pasado día 22 de enero, martes, el mundo entero se hizo eco de las palabras que un ministro japonés pronunció acerca de la carga que los ancianos suponen para la Sanidad de su país: " Que se den prisa en morir ". Y ya está. Después de las risitas: nada. Aquí nadie se pregunta ¿por qué lo habrá dicho? o ¿pasará esto también por las cabezas de los ministros y demás responsables de los dineros de nuestro país?. Esta capacidad de mirar para otro lado parece haberse convertido en una manera de vivir para nosotros. Hace unos años, cuando todavía trabajaba como enfermero de atención directa junto a los ancianos, tenía más tiempo que ahora para ir a ver a mis pacientes cuando se les derivaba al hospital y quedaban ingresados. Las familias se sentían acompañadas y los ancianos contentos. En una ocasión, como digo, fuí al hospital y cuando entré en la habitación la hermana del anciano hospitalizado me miró con cierta desaprobación y me invitó a salir fuera de la estancia despué...