Muertos de hambre
Durante estos días de Pascua las noticias del entorno que nos rodea están plagadas de desgracias, aunque también de buenas nuevas (apresamiento del Puigdemont). Me llena de alegría no tener que hacer una entrada como reacción a tremendas injusticias en breve espacio de tiempo (las pensiones o el "humanista" que decía que para él los ancianos son montones de huesos). Yo creo que es la edad, que conforme pasa consume mi impulsividad jovial, y también mi imprudencia verbal (y escrita, afortunadamente). Pero no por ello podemos confiar y dejar la guardia baja, pues en cuanto nos relajamos un poco siempre hay algún concupiscente preparado para jugársela a los mayores de nuestro país. Hay ocasiones en que ese alguien no es uno solo. Es todo un grupo que está oculto detrás de algún imprudente, que es el chulito que suele dar la cara; cara ésta en la que suele aterrizar después toda una horda de tortas simbólicas (nunca son suficientes), mientras los "valientes instigadores&q