Grises necesarios
Ya estamos finalizando el verano, por fin. Se acabaron las aglomeraciones (a pesar de que estamos en pandemia), los calores inconsolables, y los miedos irrefrenables cuando vemos a la gente amontonada en las terrazas. El otoño nos trae nuevas experiencias, además de nuevos miedos, y muchos riesgos. Las experiencias recién vividas este verano en los nuevos brotes en residencias donde la tasa de vacunación rozaba el 95-98% nos han llevado a revivir viejos miedos y fantasmas que con la vacunación pensábamos que iban a desaparecer. Qué ilusos éramos. Esto no significa que la vacuna no funcione, más bien al contrario. Gracias a que se vacunó a la mayor parte de los mayores de las residencias cuando han aparecido nuevos brotes el impacto ha sido mucho menor. Pero, ¿es suficiente que el impacto sea menor, comparado con olas pandemicas anteriores?. Desde mi punto de vista no. Cada vez que un anciano muere en una residencia por Covid se nos debería remover una inquietud acerca de cómo de bien o