Culpables por amar...
Culpables por amar... Como bien sabéis la mayoría, desde hace algunos meses he vuelto a mis raíces asistenciales, afortunadamente. Cuanto lo echaba de menos, más de lo que pensaba. Lo que algunos, más bien unos pocos, han visto como un retroceso laboral realmente lo he vivido un gran logro profesional, y personal. En definitiva he vuelto a la vida de enfermero especialista en geriatría, en una residencia, claro, porque en otros ámbitos ni siquiera somos reconocidos. Soy "animal de residencia" y siéndolo me siento humildemente orgulloso y agradecido. He vuelto a coger el pulso a eso de "el día a día" de los mayores institucionalizados. Ya no soy "jefe", que bien, sino un miembro más de un equipo fantástico y excelente formado por jóvenes compañeras enfermeras como Marta, Estefania, Mirian, Jose, Aurora, Eva, Agueda, Ana Belén, Paula, María, y Clara; algunas de ellas son antiguas alumnas, que hacen que me sienta orgulloso por toda su labor y sobre todo por e