Beneficencia para todos...otra vez
Antes de comenzar quería deciros que esta misma semana nos han llamado de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Murcia para empezar a solucionar lo de las balas de oxígeno de las que hablaba en la entrada anterior. Esto marcha amigos. ¡¡¡¡ Más madera....!!!
No es posible que nos vayamos (lo digo en primera persona del plural, por decir algo) de vacaciones sin deberes.
Después de un año más que entretenido, parece ser que todo va mejor... Dicen que el paro ha bajado, Pedro Sánchez ha sido frenado en Valencia, hay más gente en las terrazas y bares, etc... De todo ello, por lo visto, hay que darle las gracias al Gobierno, por sus excelentes políticas de empleo, de sanidad, y de incentivo del gasto que hace mejorar la economía. Tal ha sido el hito que el FMI ha manifestado sin tapujos la ejemplaridad de las medidas adoptadas por este Gobierno para que España sea modelo para otras economías europeas.
Pero no podemos olvidar que en este blog hablamos de los mayores, nuestros presente, y nuestro futuro, y aunque penseis que no, todo esto que he dicho tiene que ver con los mayores.
En un gran artículo de María Hernández en El Mundo ( ver http://www.elmundo.es/economia/2017/07/18/596e0886468aebea418b464a.html), Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), deja perlas tan sugerentes como que en nuestro país el crecimiento va a ser superior al esperado en un primer momento, hasta alcanzar un 3,1% (tendremos que hacer un ejercicio de fe y creernos que eso es bueno). Pero también "avisa" que para afianzar nuestro futuro el Gobierno debe hacer una serie de "reformas", y además aplicar las que se propuso pero no puso en marcha, por suerte para todos.
Dentro de las importantes "reformas" está la de no subir las pensiones más de un 0,25%, y además CONGELARLAS HASTA YA VEREMOS CUANDO. Por si esto no fuera poco, "aconseja" que se haga saber a los ciudadanos que las pensiones NO ESTAN GARANTIZADAS, no solo para nuestra generación sino incluso para muchos que ahora tienen 50 y algún años; para poder garantizarse una supervivencia más o menos normal el FMI aconseja al Gobierno que nos diga que debemos complementar nuestras actuales aportaciones a la Seguridad Social con fondos propios (ahorros). Estas perlitas de Lagarde tienen más de una lectura.
Por un lado, debemos recordar que el número de personas mayores está en aumento desde hace años, y todavía va a seguir aumentando hasta por lo menos el 2050, hasta alcanzar casi un 35% de la población. La culpa la tienen los médicos y los científicos por descubrir nuevos tratamientos para las enfermedades. Esto significa que tendremos más ancianos pero, según las recomendaciones de la señora Lagarde, cobrando menos dinero que ahora después de toda una vida garantizando, con sus aportaciones a la Seguridad Social e impuestos, una Sanidad cada vez menos gratuita pero pública y una Educación para todos. Claro, pensando despacito, como diría el tal Luis Fonsi, los que ahora pensamos y se supone que proponemos que en un futuro las pensiones se congelen sufriremos nuestras propias cadenas. Esto es propio de una sociedad enferma, que no piensa ni en los mayores de ahora ni en su futuro. Queremos vivir más y mejor, queremos poder ir al médico cuando queramos y que no nos cueste nada operarnos de lo que sea, y si debemos tomar medicamentos que solo tengamos que pagar según ganemos, queremos que nuestros hijos tengan la oportunidad de educarse y aprender, aunque sea en un sistema educativo precario, que nos está llevando a tener una de las generaciones de jóvenes (esos que deben ayudarnos cuando seamos mayores) con mayores tasas de incultura y menos capacidad de ser ciudadanos del mundo, pero gratis. Queremos eso y más, pero para ello debemos ROBAR el futuro a nuestros mayores. Tenemos una Sanidad, dicen que una de las mejores del mundo, que no podemos mantener porque está sobredemandada; los criterios que rigen su funcionamiento son los de que "esto no funciona porque falta personal", y claro hay que meter a trabajar a más médicos (por lo visto enfermeras no hacen tanta falta porque somos tonticas y no sabemos diagnosticar enfermedades y solo hemos estudiado entre 4 y 6 años), los cuales quieren cobrar más y más, y más euros, como aquellos controladores aéreos (hasta que llegó el Ministro Pepe Blanco y los puso literalmente firmes al aplicar un decretazo por el que los militares tomaron las torres de control de los aeropuertos y además llevaron a los juzgados a los controladores, a algunos de sus médicos firma-bajas, y a algunos piquetes sindicales). Claro, por eso debe ser. Además de por atender toda la asistencia sanitaria de españoles y no españoles; atentos, eh? que he dicho toda la asistencia (hay que asistir a los no españoles pero estos deben co-pagar según nuestros precios y no según los convenios internacionales. los inmigrantes sin recursos se acogerán a la actual legislación).
Además debemos tener más maestros, por eso estamos como locos porque salgan oposiciones. Claro, porque nuestro índice de natalidad es tan alto cada año que dentro de nada tendremos que irnos a vivir al islote Perejil por falta de espacio.
¡¡ ESTAMOS PERDIENDO EL NORTE SEÑORES/AS !! Vivimos en una sociedad hedonista que solo piensa en el ahora y en el aquí. Queremos que el término sueldo digno sea equiparable a tener dos coches de gama media, poder salir a cenar a los bares al menos dos viernes al mes, quince días de vacaciones en la playa en un apartamento con piscina comunitaria, que nuestros hijos puedan tener siempre lo mismo que le compran a su amiguito sus padres (adinerados y no adinerados), y además que puedan tener la ESO aunque suspendan, eso si apoyados con más maestros, porque dicen algunos caparranas que la culpa del fracaso escolar la tienen los políticos, ya que los muchos maestros que hay solo son responsables de los pocos que aprueban, porque sus padres los obligan a estudiar en casa, pagarles clases particulares de inglés, etc.
Y claro, después de quedarme en la gloria, solo me queda hacer un ejercicio de prospección temporal e imaginar el futuro de mi generación y la de nuestros hijos, y los suyos, mis nietos, dentro de 20 años (que por cierto pasan volando). Desde luego, yo podré tener algo de pensión (no se cuanto será el porcentaje) porque tengo dos trabajos, los dos en A, por los que tributo de manera justa más que el que solo tiene uno, aunque sea médico de la Seguridad Social con cinco o seis complementos y con el plus de carrera profesional, y todas esas historias, Ahhh y un trabajo en B en una clínica privada de pueblo, o en dos o en tres...Digo que podré tener algún desahogo, porque para entonces se supone que ya habré pagado mis tres prestamos, y nuestra casa será en propiedad, y así la podré poner como aval si debo hacer otro préstamo para pagar un "sueldo digno" a alguna chica cuando mi mujer y yo seamos dependientes, no por otra cosa sino porque habremos superado la esperanza de vida libre de discapacidad, y nos tocará joder a nuestras hijas con nuestros achaques. Pero ¿que pasará con mis hijas y los de su generación? Fácil: nosotros estuvimos cotizando para que tuvieran una educación gratuita, aunque no tan eficaz como nos pensábamos, pero ellos sufren tasas de paro tal altas por el avance tecnológico y la automatización de los procesos de producción y de servicios, y porque su formación en idiomas extranjeros es tan mala, al igual que su nivel de cultura general (recordemos que se quiere eliminar asignaturas como la filosofía, o minimizar horas de ciencias menos las matemáticas) que los que logran salir del país lo hacen para trabajar en condiciones infrahumanas, ya que en los países de destino prefieren emplear a trabajadores nativos en lugar de a extranjeros (ellos si que son listicos...); eso sí, los colegios tendrán dos maestros por cada 10 alumnos, además de un pedagogo cada 5, y por supuesto ayuda psicológica gratuita para estos por aquello del estrés y tal; no hacen falta, pero ¿que hacemos con todos los maestros que aprobaron las innecesarias oposiciones en la segunda década del siglo convocadas por gobiernos que solo buscaban no perder votos?. Además, cuando se pongan enfermos deberán co-pagar los tratamientos farmacológicos independientemente de su nivel adquisitivo, ya que para los pobres de solemnidad habrán opciones de cuidados sanitarios básicos: eliminar o paliar el dolor, independientemente del avance de la enfermedad, y tratamientos farmacológicos hasta cierto punto según baremo, y financiados por los reductos de la extinta Seguridad Social; no quiero ni aventurarme en este ejercicio de imaginación futurista a pensar qué pasará con la atención sanitaria a los ancianos, ya que ante una situación de limitación económica ¿a quien le darías un medicamento caro?¿a un anciano, que al fin y al cabo le quedan solo 10 o 20 años para palmarla, o a una persona joven?. Pero, todavía viviremos bastantes de mi generación que podremos ayudar económicamente a nuestros hijos aunque eso suponga que tengamos que irnos a una residencia, que volverán a ser asilos de beneficencia, en lugar de disfrutar aunque solo sea un poco de nuestros nimios ahorros. Lo peor se lo llevarán nuestros nietos. Porque sus padres, nuestros hijos, ya se habrán pulido los reductos de la Seguridad Social (esta será motivo de numerosas tesis doctorales en Historia y en Política antigua), el sistema habrá quebrado, y la educación voluntaria será vía internet, si viven en ciudades, ya que en las zonas rurales no habrá porque los viejos que compraban por internet ya se han muerto todos, y los jóvenes emigraron a las ciudades en busca de algo que llevarse a la boca, porque la agricultura será de subsistencia, de nuevo...La sanidad será para los que puedan pagársela, y ofrecida en paquetes, en función de las suscripciones a los seguros privados, como en Estados Unidos. La sanidad pública desaparecerá, y los médicos que se formen con dinero privado irán a trabajar al extranjero por la mitad de sueldo de lo que cobraban sus abuelos.
Vaya por Dios señora Lagarde la de sustos y pasmos que me da usted cada vez que abre la boca.
Quiero pensar en positivo. Independientemente de cuestiones políticas e ideologías (que recordemos son filosofía aplicada a la política) este Gobierno ha hecho mejoras económicas, sí. Pero aunque la gente todavía sufre, sufriría mucho más si hubiera hecho caso a la Lagarde de las narices. Por eso, la tontalaba esta no se cansa de recomendar que hagan lo que no hacen. Estimada señora, pero si sin hacerle usted ni la mitad de caso, nuestra economía se prevé que crezca hasta un 3,1% y somos un ejemplo de progreso para Europa, ¿porque se empeña en hacernos sufrir sin motivo?. Debe ser porque no tiene hijos, ni nietos, y si los tiene, confía demasiado en su enorme fortuna que supuestamente sufragará su sanidad y su educación.
Debemos hacer entre todos este verano un ejercicio de reflexión. Debemos pensar hacía donde vamos y que hay en nuestros bolsillos para pagarnos el viaje al futuro. Debemos pensar qué es lo que queremos dejar a nuestros hijos como patrimonio verdaderamente humano. Debemos pensar ya mismo si podemos permitirnos un sistema de Sanidad y Educación basado en las demandas económicas de sus trabajadores, más que en las necesidades reales de la sociedad. Los controladores aéreos decían hace 10 años que debían cobrar lo que ellos pidieran porque su trabajo era mantener vivos a los pasajeros de los aviones. Pepiño Blanco les recordó de manera loable y digna de imitar que para pensar en los pasajeros, y precisamente por eso, ya estaba el Estado, con mayúsculas, para evitar las perversiones de unos pocos que querían someter al resto a su demandas. Eso se llama totalitarismo, oculto en derechos sociales como la libertad de manifestarse y de huelga.
A ver si en lugar de mirar tanto a los escaparates y a los espejos, miramos un poco más hacia atrás y hacía delante.
En la gloria me he quedao, si Señor, aunque me haya rallao un poco que no lo niego oye.
Un abrazo y felices y reflexivas vacaciones
Además debemos tener más maestros, por eso estamos como locos porque salgan oposiciones. Claro, porque nuestro índice de natalidad es tan alto cada año que dentro de nada tendremos que irnos a vivir al islote Perejil por falta de espacio.
¡¡ ESTAMOS PERDIENDO EL NORTE SEÑORES/AS !! Vivimos en una sociedad hedonista que solo piensa en el ahora y en el aquí. Queremos que el término sueldo digno sea equiparable a tener dos coches de gama media, poder salir a cenar a los bares al menos dos viernes al mes, quince días de vacaciones en la playa en un apartamento con piscina comunitaria, que nuestros hijos puedan tener siempre lo mismo que le compran a su amiguito sus padres (adinerados y no adinerados), y además que puedan tener la ESO aunque suspendan, eso si apoyados con más maestros, porque dicen algunos caparranas que la culpa del fracaso escolar la tienen los políticos, ya que los muchos maestros que hay solo son responsables de los pocos que aprueban, porque sus padres los obligan a estudiar en casa, pagarles clases particulares de inglés, etc.
Y claro, después de quedarme en la gloria, solo me queda hacer un ejercicio de prospección temporal e imaginar el futuro de mi generación y la de nuestros hijos, y los suyos, mis nietos, dentro de 20 años (que por cierto pasan volando). Desde luego, yo podré tener algo de pensión (no se cuanto será el porcentaje) porque tengo dos trabajos, los dos en A, por los que tributo de manera justa más que el que solo tiene uno, aunque sea médico de la Seguridad Social con cinco o seis complementos y con el plus de carrera profesional, y todas esas historias, Ahhh y un trabajo en B en una clínica privada de pueblo, o en dos o en tres...Digo que podré tener algún desahogo, porque para entonces se supone que ya habré pagado mis tres prestamos, y nuestra casa será en propiedad, y así la podré poner como aval si debo hacer otro préstamo para pagar un "sueldo digno" a alguna chica cuando mi mujer y yo seamos dependientes, no por otra cosa sino porque habremos superado la esperanza de vida libre de discapacidad, y nos tocará joder a nuestras hijas con nuestros achaques. Pero ¿que pasará con mis hijas y los de su generación? Fácil: nosotros estuvimos cotizando para que tuvieran una educación gratuita, aunque no tan eficaz como nos pensábamos, pero ellos sufren tasas de paro tal altas por el avance tecnológico y la automatización de los procesos de producción y de servicios, y porque su formación en idiomas extranjeros es tan mala, al igual que su nivel de cultura general (recordemos que se quiere eliminar asignaturas como la filosofía, o minimizar horas de ciencias menos las matemáticas) que los que logran salir del país lo hacen para trabajar en condiciones infrahumanas, ya que en los países de destino prefieren emplear a trabajadores nativos en lugar de a extranjeros (ellos si que son listicos...); eso sí, los colegios tendrán dos maestros por cada 10 alumnos, además de un pedagogo cada 5, y por supuesto ayuda psicológica gratuita para estos por aquello del estrés y tal; no hacen falta, pero ¿que hacemos con todos los maestros que aprobaron las innecesarias oposiciones en la segunda década del siglo convocadas por gobiernos que solo buscaban no perder votos?. Además, cuando se pongan enfermos deberán co-pagar los tratamientos farmacológicos independientemente de su nivel adquisitivo, ya que para los pobres de solemnidad habrán opciones de cuidados sanitarios básicos: eliminar o paliar el dolor, independientemente del avance de la enfermedad, y tratamientos farmacológicos hasta cierto punto según baremo, y financiados por los reductos de la extinta Seguridad Social; no quiero ni aventurarme en este ejercicio de imaginación futurista a pensar qué pasará con la atención sanitaria a los ancianos, ya que ante una situación de limitación económica ¿a quien le darías un medicamento caro?¿a un anciano, que al fin y al cabo le quedan solo 10 o 20 años para palmarla, o a una persona joven?. Pero, todavía viviremos bastantes de mi generación que podremos ayudar económicamente a nuestros hijos aunque eso suponga que tengamos que irnos a una residencia, que volverán a ser asilos de beneficencia, en lugar de disfrutar aunque solo sea un poco de nuestros nimios ahorros. Lo peor se lo llevarán nuestros nietos. Porque sus padres, nuestros hijos, ya se habrán pulido los reductos de la Seguridad Social (esta será motivo de numerosas tesis doctorales en Historia y en Política antigua), el sistema habrá quebrado, y la educación voluntaria será vía internet, si viven en ciudades, ya que en las zonas rurales no habrá porque los viejos que compraban por internet ya se han muerto todos, y los jóvenes emigraron a las ciudades en busca de algo que llevarse a la boca, porque la agricultura será de subsistencia, de nuevo...La sanidad será para los que puedan pagársela, y ofrecida en paquetes, en función de las suscripciones a los seguros privados, como en Estados Unidos. La sanidad pública desaparecerá, y los médicos que se formen con dinero privado irán a trabajar al extranjero por la mitad de sueldo de lo que cobraban sus abuelos.
Vaya por Dios señora Lagarde la de sustos y pasmos que me da usted cada vez que abre la boca.
Quiero pensar en positivo. Independientemente de cuestiones políticas e ideologías (que recordemos son filosofía aplicada a la política) este Gobierno ha hecho mejoras económicas, sí. Pero aunque la gente todavía sufre, sufriría mucho más si hubiera hecho caso a la Lagarde de las narices. Por eso, la tontalaba esta no se cansa de recomendar que hagan lo que no hacen. Estimada señora, pero si sin hacerle usted ni la mitad de caso, nuestra economía se prevé que crezca hasta un 3,1% y somos un ejemplo de progreso para Europa, ¿porque se empeña en hacernos sufrir sin motivo?. Debe ser porque no tiene hijos, ni nietos, y si los tiene, confía demasiado en su enorme fortuna que supuestamente sufragará su sanidad y su educación.
Debemos hacer entre todos este verano un ejercicio de reflexión. Debemos pensar hacía donde vamos y que hay en nuestros bolsillos para pagarnos el viaje al futuro. Debemos pensar qué es lo que queremos dejar a nuestros hijos como patrimonio verdaderamente humano. Debemos pensar ya mismo si podemos permitirnos un sistema de Sanidad y Educación basado en las demandas económicas de sus trabajadores, más que en las necesidades reales de la sociedad. Los controladores aéreos decían hace 10 años que debían cobrar lo que ellos pidieran porque su trabajo era mantener vivos a los pasajeros de los aviones. Pepiño Blanco les recordó de manera loable y digna de imitar que para pensar en los pasajeros, y precisamente por eso, ya estaba el Estado, con mayúsculas, para evitar las perversiones de unos pocos que querían someter al resto a su demandas. Eso se llama totalitarismo, oculto en derechos sociales como la libertad de manifestarse y de huelga.
A ver si en lugar de mirar tanto a los escaparates y a los espejos, miramos un poco más hacia atrás y hacía delante.
En la gloria me he quedao, si Señor, aunque me haya rallao un poco que no lo niego oye.
Un abrazo y felices y reflexivas vacaciones
Razones como catedrales tienes.Esperemos que nuestros buenos pilares no se conviertan en arenas movedizas y que el progreso y los avances tecnológicos nos lleven hacia el bienestar que todo ser humano,con su buena labranza, debe conseguir y difundir los ejemplos de los valores, de todo tipo, que hace a las sociedades progresar.
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