Los cuervos

El pasado viernes, día 13 de Mayo, salía publicado un artículo de opinión en un diario de tirada nacional, que firmaba un periodista con el título "La mística de la vejez". Debo reconocer que me llamó mucho la atención, y las experiencias previas en otros periódicos y otros periodistas como Rosa Tomás, fueron sinceramente excepcionales, por lo reconfortante de las aportaciones. Cual fué mi sorpresa cuando este artículo, que prometía en el título una apertura distinta al mundo de la vejez, evidenció lo que mucha gente al parecer piensa, aunque no se atrevan a decirlo abiertamente, como hizo el firmante del artículo.

Resumiendo este pequeño trabajo periodístico, la cuestión que aborda es la legitimidad moral, además de física, de los mayores de cierta edad, que no refiere, para poder ejercer su capacidad civil a través del voto por sufragio. Se nos debe poner los pelos de punta. Dice este señor que así como los jóvenes no pueden ejercer su voto hasta cumplida la edad biológica de 18 años, los mayores a partir de cierta edad deberían dejar de poder hacerlo. Bochornoso, vergonzoso, de periodistas sin una mínima formación moral, como poco.

Estimado señor periodista (me niego a dar su nombre para no darle publicidad, vaya), como si me dirigiera a él directamente, supongo que sabe que los 18 los es una edad de referencia. Esta se puede variar hacia abajo en función de la capacidad cognitiva del joven. Así, por ejemplo, la ley 41/2002 de Autonomía e información del paciente, refiere que en algunos casos donde esta capacidad se muestre adecuada a la decisión a tomar, el médico debe preguntar al jovén para que este le otorgue su consentimiento para hacer alguna acción sanitaria sabre él o bien darle determinada información. Además, señor periodista, supongo que sabrá que la semana pasada fue noticia la propuesta de algunos grupos políticos de bajar la mayoría de edad de los españoles, y españolas, a los 16 años. No quiero pensar que sea una treta para poder acaparar los votos de aquellos susceptibles e impresionables púberes. Supongo que lo harán por otro motivo, aue no han dicho, pero no por ello será inexistente a priori. Es decir, la mayoría de edad,  la que usted recurre como ejemplo de límite para vota, puede estar sujeta a cambios según el funcionamiento cognitivo y constatado por un médico. Según esto, ¿no cree usted que sería quizás más interesante estudiar elevar la edad mínima de la mayoría de edad para otros ciudadanos que a veces muestran y demuestran ser niños de 12 años en cuerpos de 18?

Durante estos días, estoy en Jordania, viendo in situ la labor social, pero sobre todo humana, que muchas personas están haciendo en este país acogiendo a aquellos refugiados que ya están pasados de moda. Aquellos que ya no protagonizan las crónicas periodísticas. Hablo de los iraquíes. Sin país que los quiera acoger, tampoco a ellos, deben sobrevivir como pueden en una patria que no es suya, y que oficialmente no puede evidenciar su existencia. De entre algunos que he conocido, me he quedado con el testimonio de Jabril. Es un anciano de 86, más o menos. Tuvo que salir corriendo de su casa, pueblo y país, llevando consigo lo único que milagrosamente le dejaron portar, sus dos nietos. A su esposa, a sus cuatro hijos y nueras, sus otrso nietos, y a su única hija, los mataron salvajemente los fundamentalistas islámicos por ser cristianos, infieles. No pudo llevar nada consigo, salvo el amor por sus nietos, y el afán por que estos tuvieran algún futuro mejor. Ahora me pongo a pensar si Jabril fuera a parar, haciendo un ejercicio de imaginación tremendo, a nuestro querido país aunque fuera con el estatuto de desplazado. Cuando viera el escenario donde los ancianos muy ancianos, a los que este periodista pretende que se estudie quitar la capacidad civil, y su derecho a votar, probablemente pediría volver a Jordania, o morir allí mismo. La vida de Jabril no es tan diferente a las de otros con nombre español, que tuvieron que resistir el nacimiento, desarrollo y muerte de una dictadura militar. Régimen que se llevaba, no tan infrecuentemente como algunos nos dicen, a sus hijos a darles un "paseo", para nunca volverles a ver. A veces, ni vivos ni muertos. Esos y esas luchadoras que no querían saber de colores políticos, contrariamente a como ahora nos empeñamos en imaginarles, en una caracterización romántica y trasnochada de sus vidas. Que solo querían que lo malo pasara cuanto antes para poder estar seguros, antes de morir, que sus hijos y nietos tenían un futuro sobre el que pudieran decidir. Ahora, cuando ya  nos han dado la posibilidad de estudiar, ahorrando dinero durante años para nuestro futuro, o avalando nuestros préstamos con su propia casa, digo, ahora habría que pensar, según su opinión, en quitarles lo poco sobre lo que pueden ejercer un derecho personal y único, esto es el voto. Dentro de pocos años los mayores de 65 serán más de 1.000 mi,lones de personas en el planeta, y superarán a los menores de 5 años. Sabiendo esto, no quiero ni pensar que diría Jabril. Cría cuervos y te sacrán los ojos.
Ahí queda eso...

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